Por: Julio César de Dios. Fotógrafo
El fotógrafo busca la expresión donde se funde la dimensión espiritual del hombre con su cuerpo, pero se trata de una expresividad idealizada donde solo cabe la quietud y la serenidad, el equilibrio perfecto entre la belleza física masculina y la belleza espiritual del hombre héroe o del deportista.
En las representaciones griegas de la figura masculina vemos de inmediato lo regulares, sistemáticas y abstractas que son.
Las líneas negras definen los músculos pectorales con un idealismo vigoroso. La misma síntesis audaz de cómo tiene que lucir el cuerpo de un hombre confiere una noble irrealidad a las estatuas griegas.
La insistencia en el cuerpo «ideal» auténtico y permanente es comparable a los filósofos y científicos griegos, desde Pitágoras a Platón, que buscaban la verdad más allá de las apariencias visibles.
Que bonito. Hay cosas que transmite el blanco y negro que no lo da la foto color…