Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem
Se puede confiar en las malas personas. . . No cambian jamás. W. Faulkner
—¿Sabes qué, Carl? ¿Te interesa que te lo cuente? Sí, lo de ese compañero un poco…, bueno, en fin, ya sabes.
Homer, en su salsa tabernaria, hablaba de como él gestionaba en el trabajo a esos compañeros quejicas, culpabilizadores y envidiosos. En definitiva, aseguraba, un compañero “tox” es como una jarra de cerveza. No había acabado de afirmarlo cuando súbitamente levantó la suya y, girándose hacia el resto de clientes de la taberna, preguntó:
—¿Cuánto creéis que pesa esta jarra de cerveza?
Las respuestas variaron entre 100 y 500 gramos. Entonces Homer, esbozando una leve sonrisa, contestó:
—No, lo siento, ninguno de los presentes ha acertado ya que eso depende. Y haciéndose el intrigón y con cierta solemnidad comento: “No es un asunto de peso sino de tiempo”.
—¿De tiempo? ¿Estás seguro? –se aventuró a preguntar Carl.
—Y tanto –respondió Homer-, poco importa el peso absoluto de la jarra. De hecho da igual lo que pese.
—No empieces con esas Homer –objetó Moe- Te reto a que demuestres esa teoría tan peregrina. Vamos a ver, te invitaré a cerveza el resto de la semana si la demuestras. ¿Hace?
Homer se siente retado. Se remanga y coge su jarra llena de cerveza. La mantiene en alto durante un minuto y dice: ¡Veis, no pasa nada, no pesa nada! Y continúa:
—Si la sostengo durante una hora me empezará a doler el brazo –observa mientras hace un gesto de dolor con su cara.
—Bueno –responde Moe-, eso te pasará a ti porque es sobradamente conocido que el único deporte que tú practicas es el sillonbol. Te puedo asegurar que yo bien puedo aguantar ese tiempo.
Ahora Homer, además de tener una apuesta pendiente, también tiene su prestigio cuestionado. Ambos hechos le animan a continuar:
—Mira Moe, coge mi jarra. Sí, así, firmemente y en alto. Imagínate que en vez de una hora tuvieras que sostenerla durante un día, una semana, un año entero. Y es exactamente el mismo peso. Cuanto más tiempo la sostengas, más pesada se volverá.
Moe frunce el ceño, se imagina todo el día con la jarra en alto, mira a Barney, se encoje de hombros y dice: Vale Homer, tú ganas. Tienes cerveza gratis toda la semana.
Homer con aire de satisfacción se anima a sentenciar:
—Si cargas un peso durante todo el tiempo, por ligero que sea, más pronto que tarde, la carga se te irá haciendo cada vez más insoportable.
—¿Y qué he de hacer? –Pregunta Carl.
—Mira, tal vez la jarra de cerveza y el compañero tóxico no sean comparables, pero sí que he de decirte que el consumo moderado de ambos es lo más recomendable.