¿Se puede ser líder en cualquier lugar y momento?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

sitio“Esté donde esté, un líder sabe adónde quiere ir, se pone en pie y va”. Erskine, J.

Nada más llegar dejé el maletín encima de mi mesa y dudé entre irme a tomar un café o pasar por el lavabo. Los dos son puntos de encuentro antes de abordar la cotidianidad del día. Yo me decidí por la segunda opción.

Casi justo en la puerta me encuentro al jefe, nuestro líder, que corría apremiado por una necesidad que poco tenía que ver con comprometernos con la misión de la empresa.

-Buenos días -le saludo.

-Buenos días. Parece que hoy todos vamos con prisas -me responde.

Le dejo pasar, porque hasta en las situaciones más elementales cuentan esos detalles con el líder.

-Gracias -me dice apresurándose a entrar.

El lavabo a estas horas presenta un overbooking que provoca esperas y propicia corrillos de conversación. En opinión del líder, son momentos de ocio innecesario, máxime cuando no se ha empezado todavía a trabajar.

Debo reconocer que hay muchos lugares donde encontrarse, pero el lavabo es el lugar por antonomasia. De hecho, lo llamamos “el Sitio” porque propicia la socialización al permitir pequeños encuentros informales a la vez que te socializa asistir a ellos.

-Ya está. Ha sido un momento -dice, dirigiéndose a lavarse las manos.

Aquí, en el Sitio, la solemnidad se pierde un poquito y todos estamos más a la par. Nuestro líder, próximo a la arenga grandilocuente, no se termina de ver inculcándonos los valores organizativos mientras se sube los pantalones. Demasiada informalidad, supongo.

Entre varios compañeros le hemos intentando convencer de que el Sitio es lugar idóneo para ideas y pareceres destinados a mejorar la eficiencia. Creo que sin éxito porque siempre nos dice que transmitir determinados mensajes, requiere una solemnidad de la cual el Sitio carece.

Puede que esté en lo cierto, pero hay que reconocer que el Sitio es muy democrático.Permite que todos tengamos las mismas oportunidades. Algún pequeño detalle de: “pase usted primero”, y poquito más. Aquí el líder no tiene ventaja por ser jefe, ni tampoco se desenvuelve mejor porque hayan ido a una reputada escuela de negocios y hable tres idiomas. Aquí todos tenemos las mismas oportunidades.

-Venga, venga, que es para hoy. Ya deberíamos estar trabajando -masculla-. No olvidéis que antes de irnos a casa tenemos que dejar concretada la planificación anual y definidas las directrices que se han de seguir para su ejecución.

Mientras vamos saliendo todos hacia nuestras mesas de trabajo, me pregunto si la visión de futuro, el pensamiento estratégico y la planificación a largo plazo precisan de un lugar específico o es el jefe el que requiere de ese lugar para mostrarse más visionario, estratégico y planificador. A estas alturas no sé si es el hábito el que hace al monje o, tal vez, simplemente el monje es monje con hábito y sin él.

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