Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
«El tiempo de espera depende del lado de la puesta donde estés». Anónimo realista.
Es viernes. Sé que es tarde, muy tarde, pero he tenido un día de esos intensos. Debería irme a casa, pero aquí estoy reflexionando sobre la reunión que acabamos de terminar.
– ¿Qué haces aquí todavía? -me pregunta mi compañero- ¿No estás cansado después de la larga y soporífera reunión que hemos tenido?
– No, no. Considero que hoy se ha quedado corto el tiempo. No hemos profundizado en los puntos del orden del día.
Por la cara que pone, creo que nunca atribuyó gran interés en dicha profundización y, sospecho por su perplejidad, que tampoco pensó que yo se lo atribuyera.
– ¿Corta? ¿profundizar? ¿Qué tenían hoy los temas de especial? A mí me han parecido tan difusos y soporíferos como siempre. De hecho, creo que estas reuniones solo sirven para demostrar quién manda allí.
Tengo que decir en su favor que estas reuniones probablemente no estén convocadas ni en el mejor día de la semana, ni a la mejor hora y se tratan muchos temas, pero ninguno sobre el que nuestra opinión pueda incidir significativamente. Por aquello de aprovechar el tiempo, se hacen en viernes. Se nos pide la opinión, sospecho, para cumplir mejor con las directrices de la Central.
– Tal vez esté de acuerdo contigo en algunos aspectos -respondo-. Pero tengo la sensación de que hoy no le hemos dedicado suficiente tiempo a temas clave.
– ¡Qué ha tenido la reunión de hoy que no la haga merecedora de larga y soporífera! Tú acostumbras a definir así a estas reuniones -observa.
– Permíteme decirte que la de hoy su desarrollo ha sido dinámico y se ha tratado temas clave.
– A ver ¿Me estás diciendo que no ha sido similar a la de otros días? O ¿tal vez lo único diferente es que algunos temas clave te afectan directamente?
Le daría la razón, pero noto cierta malicia en su tono cuando recalca “te afectan directamente”. He de reconocer que hoy se trataba el plan de promoción en mi departamento. Y, concretamente, la línea de promoción que a mí me afecta directamente.
-Es que creo que no ha habido tiempo suficiente para analizar y valorar mis méritos de cara a esa promoción -me defiendo.
– Pues yo he desconectado cuando hemos llegado a ese punto -responde-. Es una especie de sprint del candidato para demostrar sus muchos méritos. Menudo peñazo pretencioso.
Estoy molesto por esta última observación. Tal vez ahora le odie un poquito. Se me pasará. Pero al final he comprendido que la relatividad es que cuando hablas de ti, una hora te parece un segundo. Pero si los demás de te hablan de ellos, un segundo te parece una hora.