Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem
Lo que decimos no siempre se parece a nosotros. Borges, JL.
Es el primer día y el jefe nos recibe con un bienvenidos y una sonrisa de oreja a oreja. Se agradece un gesto así; pero, o el jefe ha triunfado estas vacaciones, o tiene alguna preparada.
-Mira que eres desconfiado -me dice mi compañero.
– Tal vez, pero tanta amabilidad me desconcierta.
El jefe, con su moreno de playa y su sonrisa impostada empieza diciendo:
– Curso nuevo, distribución nueva. Como veréis hemos remodelado todos los espacios. Pero todo es para modernizarnos y que la comunicación fluya por toda la organización. Nuestra apuesta es que toda la empresa sea un Open Space.
Yo, lo confieso, cuando alguien utiliza términos en inglés para decir algo que se puede decir en un idioma más próximo, me pongo un poco de los nervios.
-Y eso ¿qué significa? -pregunto.
– Bueno, verás -dice el jefe-. En esta planta donde estamos, hemos eliminado todas las barreras arquitectónicas que propiciaban comportamientos estancos. Así todos estaréis mejor y tendréis fácil acceso a todos los demás.
-Suena bien. Pero, ¿y en el resto de las plantas de la empresa? ¿es igual?
-Bueno, si. Algo parecido, pero con algunas diferencias para facilitar el aprovechamiento de los espacios.
El segurata, a indicación del jefe, se acerca y nos entrega a todos los presentes una nueva tarjeta identificatoria para que podamos acceder a los diferentes espacios.
– ¿Ya no vale la tarjeta que tenía? -le pregunto al jefe.
– No. La anterior solo era para fichar la entrada y la salida. Esta nueva permite racionalizar la movilidad y la logística de los espacios -dice el jefe a la vez que se despide y sale de la sala.
Me quedo perplejo. Si las expresiones en inglés me despistan, el lenguaje alambicado me desconcierta totalmente.
-¿Eso significa que algunos espacios nos están vetados? -le pregunto a mi compañero.
– Eso parece, aunque me he enterado que en la primera planta han habilitado espacios en los que, sin que te esté expresamente prohibido estar, es mejor que no pases mucho tiempo. Son esos espacios “espinosos” en los que has de disponer de claves de acceso personalizadas y artilugios que te disuaden de estar mucho tiempo allí.
– Vaya faena. ¿Alguna sorpresa más?
– Bueno, en la tercera planta existen otros espacios “nerviosos” donde la vigilancia es continua, sus paredes son de cristal sin llegar al techo y se oye todo lo que hablas. Vamos, que has de vigilar lo que dices.
– ¿Y en la cuarta? -pregunto tímidamente.
– Bien sabes -me responde- que están los despachos de los jefes y, con la magnanimidad que les caracteriza, han renunciado a las virtudes del open space y ahí simplemente no tenemos acceso.
Pobres jefes, no sé si felicitarles por su renuncia a las virtudes del open space o pedirles que no sigan sacrificándose en sus espacios exclusivos y blindados Tú, ¿qué crees?