¿Diferenciarse o distinguirse? Esta es la cuestión

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

Estar viva significa no poder resistirse a la autoexhibición. Arendt, H.

Aprovecha cualquier oportunidad para exhibirse. Ahí está subida sobre sus tacones mientras, señoreando, pide un café, saluda a unos, charla con otros y sonríe a todos los demás.

– No lo puede evitar. Si no da la “nota” no está tranquila. Y, además, lo que hoy lleva puesto le queda fatal -comenta su compañera de despacho y ahora mía de café.

-Desapercibida no pasa. La combinación que hoy luce es un poco atrevida y la altura de sus tacones nada desdeñable -comento con un poco de admiración.

-Es que los hombres tenéis el gusto en el … ¡Vamos!, la estética no es lo vuestro. Y de los demás temas, ni hablamos.

No sé lo qué quiere decir con lo de “los demás temas”. Prefiero no preguntar, aunque reconozco que en lo estético puede tener alguna razón. No obstante, y con ánimo de suavizar, digo:

-¡Venga!, un poquito de variación nunca viene mal. ¿Te has fijado que aquí todos vamos cuasi uniformados: trajes encorbatados, faldas oscuras y camisas claras?

-¿Te parece mejor el trampantojo que lleva “la diva”? -pregunta retadora.

Para no tensionar más el tema, me abstengo mencionar que, además de en vestimenta, parecemos fotocopias en frases hechas, posturas ejecutivas y mohines impostados. Diferentes sí somos unos de otros; aunque te puedo asegurar que no nos distinguimos demasiado. Pero, sin ánimo de echar más leña al fuego, comento:

-Tal vez la de hoy sea su versión exagerada, pero hay que reconocerle que es “su versión”. Compárala conmigo ¿no te parece que soy el clon del empleado uniformado? Solo me falta el número de serie en la espalda de la chaqueta.

-Ya, pero es que esos aires de diva que se da, no vienen al caso. Más le valdría comedimiento en el vestir, cautela en el hablar y discreción en el sonreír -comenta airada.

No tengo claro lo que le molesta de la “diva”: ¿su gusto estético, su pose distinguida o su pródiga sociabilidad? Tal vez sea la buena combinación que hace de ello. Esa combinación que no solo la diferencia, sino que la distingue.

-¿Veremos lo que nos trae mañana!. Seguro que nos vuelve a sorprender -continua de manera desdeñosa.

-¿No estás exagerando un poco? -pregunto con suavidad.

– En absoluto -sentencia-. Algunas personas hacen lo imposible por hacerse notar.

Me gustaría decirle que lo interesante de una persona es poder esperar de ella lo inesperado. Eso que la distingue del resto y responden a quién es y no tanto a qué es. Lo primero es fatigoso, novedoso y divertido. Lo segundo, cómodo, previsible y aburrido.

Y tú, a qué te apuntas: ¿a la comodidad previsible y adocenada? o ¿a la novedad imprevisible y, a veces, incómoda? Piénsalo antes de responder, la diferencia entre una y otra es considerable.

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