Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
El que gusta de ser adulado es digno del adulador. Shakespeare. W.
En cualquier ámbito lisonjas, zalamerías y peloteo tienen cierta recepción. Aunque bien es cierto que estas plantas florecen mejor en aquellos jardines donde existen personas necesitadas de que alguien les diga lo que son, o más bien lo que les gustaría ser.
Aquí tú eres el jardín y la semilla es ese adulador que vierte en tus oídos lo que quieren oír. Si es fino en su trabajo lisonjero, tú vas a sonreír con lo que te dice; si es simplemente un zalamero, en tu rostro aparecerá un gesto contrariado; si en cambio se trata de un adulota (adulador idiota o tonto pelota) apretarás los labios de forma contenida para no mandarle a algún lugar bastante alejado y maloliente.
Antes de mandar a nadie a ninguna parte, asegúrate de que estás frente a un verdadero adulota. Te doy algunas pistas para asegurarte:
- ¿Tiene apariencia afable y pose cuasi cariñosa? Recuerda que son hábiles disfrazando de bondad y buenas intenciones lo que hacen cuando tú estás en una situación de privilegio y ellos necesitan algo de ti. En el caso contrario no los encontrarás, aunque los busques.
- ¿Se posiciona siempre al del lado del jefe o del que más poder tiene? Su hábitat está junto a los que tienen poder o autoridad, les rinden pleitesía en público independientemente de su bondad o cualidades. Cuando el poder de estos desaparece, ellos se cambian de hábitat.
- ¿Halagan y adulan a los demás para manipularlos? Vigila, si alguien con el que desde hace tiempo no hablas, te llama y comienza a alabar en ti aspectos que te habría gustado tener, pero que sabes que no tienes, desconfía. Algo pretende y, por supuesto, no será en tu beneficio.
- ¿Dudas de la sinceridad de su aprecio? Dile que ya no posees eso que él busca. Si sigue interesándose por ti y te ofrece su ayuda sincera, la cosa tiene remedio; por el contrario, si abrevia la conversación y se despide diciéndote “nos llamamos”, lo has descubierto.
- ¿Busca siempre recibir más que dar? Si solo da la información calculada para el logro de sus objetivos es una primera pista. Si cuando tú le pides, o simplemente le dices lo que has hecho por él y te dicen que el lo ve de otra manera, ahí tienes la segunda pista.
En general dominan las técnicas de la adulación y el halago florido. Si su actividad se queda en la lisonja no te vas a enterar o, incluso, hasta te guste; si es zalamería, te va a empalagar; en cambio, si es un adulota te enterarás a la primera. Si no huyes de ello es que lo necesitas mucho, y eso no dejaría de ser preocupante.