Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
“No atribuyas maldad a lo que pueda ser explicado por simple incompetencia”. Hanlon, R.
Los jefes son como la familia, no se eligen. Están ahí y lo suyo, en este caso, lo tuyo, es saber gestionarlos.
Me imagino que más de una vez habrás pensado en aquello de: “¡Qué bien! El jefe de viaje. Toda una semana tranquila para trabajar.” Bueno, seguro que eso sucede de vez en cuando, pero has de acostumbrarte a gestionar el día a día cuando no está de viaje.
Te sugeriría que no atribuyeras sus desatinos a ningún tipo especial de maldad. Simplemente no es un buen líder. Algunos, después de un tiempo, logran superar esta etapa con éxito. El resto, ahí los tenemos, agarrados a sus galones.
Piensa que su necesidad permanente de “marcar perfil” no deja de ser una muestra de inseguridad. Que un colaborador suyo sobresalga en algo, no lo llevan bien. A veces se les pasa con el tiempo; otras, va a peor y se ponen controladores.
Ten en cuenta que no siempre son los que más saben “de la cosa”, que tampoco es necesario que así sea. Pero, lo peor, es que tampoco saben de lo suyo, que no es otra cosa que saber dirigir al equipo que les ha tocado en suerte.
Observarás que algunos son jefes de entendederas cortas y ambiciones largas. Lo suyo es la intriga lazarillesca y el navajeo barriobajero. Vigila no te exijan a ti ser su sicario. En esa batalla siempre vas a llevarte la peor parte.
Finalmente, es difícil que un jefe así sea de tu agrado. No te lo propongas, es imposible. Pero, eso sí, lo has de sobrellevar y por eso quiero proponerte algunas técnicas para ello:
- Conócelo. Fíjate en las palabras que utiliza en sus “momentazos”. Utilízalas cuando le propongas algo. Es sensible a la superficialidad y esta empatía les desarme un poco.
- Observa sus intereses. Descubre si ve, lee o practica algún deporte. No dudes en iniciar una conversación sobre ello. Deja que sea el protagonista de la conversación.
- No intentes “puentearlo”. Aunque incompetente acostumbra a ser astuto. No obstante, procura que tus logros y virtudes se sepan en la dirección general. Ya sabes, algún comentario oportuno en el lugar y momento adecuado.
- No conspires con él o a sus espaldas. No aproveches sus momentos bajos para criticarle. No hablaría mucho a tu favor. Mantente neutro e imparcial. La dirección general busca posibles sustitutos en personas que acostumbran a mantener esa postura.
- Su incompetencia no ha de estancarte. Trabaja bien y se constante. Se discreto, pero hábil mostrando el valor que añades en los proyectos en los que estás implicado.
Kit de supervivencia: Condúcete con tino y expón con discreción tus propuestas. Pero, sobre todo, no desfallezcas ni te involucres en ninguna conspiración de tu jefe o contra él. Si lo haces, serás el más perjudicado.