Tu risa, ¿es genuina o impostada?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

El sentido del humor consiste en saber reírse de las propias desventuras». Alfredo Landa.

La carcajada espontánea no está de moda.

¡Imagínate! Entras a un restaurante y allí están un par de personas riéndose a “pecho partido”. Seguro que pensarás que elegante no queda. En eso voy a estar de acuerdo. Pero, ¿y lo bien que se lo están pasando?

¿Somos ahora más serios o más sosos que antes? Tal vez, ambas cosas. Digamos que lo que ahora se lleva es esa risa floja, impostada, de ejecución y consumo fácil, que incluye una sonrisa bobalicona.

No obstante, lo que sí quiero preguntarte es si tú eres de risa sana y jovial. Me dirás que sí, supongo. Pero, para que tu risa sea de ese modo, el punto de partida es tomarse a uno mismo como objeto de risa.

Por ello, hoy te propongo que valores, del 1 al 5 (en la que 1 es poco y 5 es mucho) en qué medida haces lo siguiente:

  1. Me tomo como referencia a la hora de hacer humor

Es decir, si eres alto, bajo, gordo, flaco o tienes algún otro rasgo que te caracterice y que te hace ser el protagonista de situaciones paradójicas (ej. un alto intentando entrar por una puerta muy baja, un bajo intentando colgar algo en una percha muy alta), lo utilizas para reírte de ello.

  1. Me río de mis propios errores o fallos

Por tanto, no dudas en utilizarlos para parodiar una situación. Te resulta más fácil reírte de lo que te sucede a ti que tomar como referencia lo que les pasa a otros. Lo que cuenta es la situación parodiada.

  1. Me juzgo con bondad cuando me equivoco

Me miro con benevolencia y ello me ayuda a entender que también puedo cometer errores. Considero que hacer, decir o pensar equivocadamente no es algo irreparable; simplemente, es algo no acertado. Y ello me hace más humano y me da una oportunidad de mejorar.

  1. Sé ser mi propio cómplice cuando algo me sale mal

Si algo mal sale mal, me responsabilizo en la parte que me toca, pero no me culpabilizo. A partir de ahí, me motivo para que la próxima vez no suceda. Mientras tanto, no dudo en utilizar lo que me ha salido mal como materia para hacer humor del bueno con ello. Ej: si soy calvo, no dudo en decir que no salgo de casa sin un peine en el bolsillo por lo que pueda suceder.

  1. Me río, de verdad, diariamente

Me tomo la vida con la seriedad suficiente, pero no tanta que la vuelvan poco atractiva. Parodio cómo he gestionado mis circunstancias en algunos momentos. Al final, todo lo que tenía solución, se solucionó. El resto quedó para la vez siguiente.

Ahora es el momento de sumar los puntos de tus valoraciones. Si has sacado 15 o menos puntos, este asunto has de mejorarlo.

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