¡A ver! ¿Dónde hay que quejarse?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

“Este mundo carece de hoja de reclamaciones”. Savater, F.

Hoy, a primera hora, nos han comunicado que volvemos a trabajar a la oficina. Lo han hecho con un correo electrónico como corresponde a la situación de teletrabajo en la que estamos. Sinceramente, si es lo que he de hacer, decido verlo como una oportunidad para salir y volver a cierta normalidad. Me levanto de mi mesa para ir a prepararme un café.

Apenas me he alejado de mi ordenador y ya empiezan entrar mensajes de mis compañeros en mi correo y wasaps en mi teléfono. Vuelvo a sentarme, llevado por la curiosidad. Abro el correo, miro mi móvil y te lo puedes imaginar:

-¡Qué irresponsabilidad la de la dirección! Hacernos volver tan pronto -decían unos.

-El espacio donde vayamos a trabajar no reúne las condiciones necesarias -aseveraban otros.

-Seguro que no hay guantes y mascarillas para todos -terciaban los terceros.

Había más, algunos breves y contrariados. Otros, largos, confusos y plañideros. Si te los lees todos, te deprimes. Si te tomas en consideración algunos, te ríes y no tanto por su componente de humor, sino de ridículo. Con otros, te aseguro llegas a la conclusión de que lo primero que ha hecho su autor es preguntarse dónde hay que quejarse; del porqué, tanto da.

No quiero que veas en ello ni banalidad ni falta de respeto por mi parte. Valoro el derecho que cada uno tiene de manifestar su opinión ante un hecho que le afecta; pero no valoro tanto el contenido de algunos mensajes. Te puedes imaginar, la mayoría contenían una o varias opiniones, pero pocos argumentos que las sustentaran. Los datos objetivos y fiables brillaban por su ausencia y, en aquellos casos que, si había alguno, la fuente era “alguien me ha dicho”. Espero que, por el buen criterio de todos, esa fuente no fuese “su cuñado”.

Ahora sí, me levanto, voy a la cocina y me preparo el café. Dedico unos minutos a degustarlo y vuelvo a mi mesa de trabajo. Veo que los mensajes siguen entrando. Echo un vistazo y confirmo que tanto el contenido como su tono sigue en la misma dirección: muchas quejas, bastantes opiniones, pocos argumentos y menos datos fiables.

Picado por la curiosidad intento encontrar alguno que contenga alguna solución factible, aplicable y conveniente para todos. Pero estos mensajes, o no han entrado todavía o no he sido capaz de verlos. Llegado aquí me asalta la duda de si no soy suficientemente sensible ante esta situación o bien un desconsiderado con las quejas incluidas en algunos mensajes.

Sigo trabajando y no dejo de pensar que algunos prefieren quejarse en vez de proponer soluciones. Además, se preocupan por lo irremediable cuando deberían dedicar su tiempo a lo remediable. Porque, ¿qué sentido tiene la queja si no se trabaja por una solución? y ¿qué sentido tiene quejarse si para ciertos imponderables no existe hoja de reclamaciones?

Bueno, si te tocara enviar un mensaje, ¿cuál sería su contenido?

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