Por: Gemma Vallès – Responsable de proyectos Dalara Solutions

El que un empleado necesite un tiempo libre para hacer gestiones personales, descansar, atender a obligaciones familiares, etc. entra dentro de lo posible. Vamos, que le puede pasar a cualquiera independientemente de la empresa en la que esté.

Para este tipo de eventos hay varias soluciones, una de ellas pasaría por pedir un día de vacaciones o asuntos propios, recuperar ese tiempo con posterioridad, etc., pero algunos prefieren inventarse excusas para no asistir al trabajo.

En el ranking de las excusas las más frecuentes son la consabida jaqueca, fiebre o dolor de espalda. Los que apuntan más alto echan mano de la depresión o la muerte de un familiar.

En el ranking de las más frikis o ridículas algún jefe a tenido que oír se encuentran las siguientes:  

• Un empleado no quería perder la plaza de aparcamiento en frente de su casa.
• Un trabajador faltó al trabajo porqué tenía hemorroides y no se podía sentar en su puesto de trabajo, sin embargo, esa noche su jefe se lo encontró en un bar cómodamente sentado en una silla de madera.
• El perro del empleado se comió el abono de tren del empleado.
• El empleado llamó desde el móvil, diciendo que estaba encerrado en un baño público, y que no había nadie para socorrerlo
• Un empleado faltó a su trabajo porque se encontraba en duelo por la muerte de su canario, a quien quería mucho y estaba muy triste para ir a trabajar.
• Un trabajador llamó a su superior y le pidió permiso para faltar a su empleo porque una vez más se había muerto un familiar, cuando el jefe le preguntó si ya no se le habían fallecido todas sus tías, el empleado respondió» no, esas eran otras tías diferentes, esta es como una amiga política, pero yo la llamo tía».
• Un empleado faltó a su trabajo porque un tubo de agua misteriosamente se rompió instantes antes que el trabajador saliera para la oficina.
• El empleado sentía todos los síntomas de su esposa embarazada.
• No podía ir al trabajo porqué tenia un severo caso de hipo.

Mientras que el 84% todavía llaman para notificar a su jefe, el 11% no hacen más que enviar un mensaje de texto para avisar que “hoy no podré ir a trabajar porque…”.

Con las redes sociales, proliferan las páginas webs, blogs o foros en los que se intercambian trucos o consejos de cómo inventarse excusas creíbles para faltar al trabajo.

El absentismo laboral implica pérdidas anuales muy importantes en las empresas.

Estas prácticas fraudulentas, provocan que las empresas o las mutuas contraten detectives privados para poder demostrar el timo de sus empleados.