Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem
Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección. (Francis Picabia. Pintor Francés)
Es hora de irse de vacaciones, que no necesariamente significa dejar de pensar o reflexionar. Pero, por favor, no pienses en la prima de “riesgo”.
¿Qué quién es esa señora?. En principio deciros que no es con quien todos desearíamos despertarnos cada mañana, pero que en la actualidad lo hacemos.
Es provocadora y desafiante hasta hacernos estremecer. Siempre la estamos comparando con otras primas del mundo, pero la nuestra, la del “riesgo”, siempre sube más que las demás. Temblamos cuando oímos su nombre y ahora no nos gusta conocer sus medidas, aunque los voceros del día a día nos las recuerdan cada mañana.
A mí, personalmente, me gustaría una prima más discreta. Una prima sin estridencias que casi pase desapercibida. Vamos, una prima sin pretensiones. De esas que la puedes llevar a cualquier sitio y te hace quedar bien. Las primas de escándalo a la larga hacen que nos arrepintamos del parentesco que mantenemos con ellas, además de meternos en unos cuantos lios.
Ahora es recomendable que nuestros pensamientos tengan el suficiente reposo como para gozar del placer de descansar y de pensar a la vez. ¿Qué si se puede?. Por supuesto que sí. Piensa en todo lo que puedes gozar simplemente rememorando o ideando. Sí, desde la hamaca y también en compañía de algunos amigos y conocidos. Pero sobre todo, huye de aquellos que empiezan su frase “con la que está cayendo”, “yo siempre digo”, o frases similares.
¿Que por qué te lo recomiendo?. Sencillo, si sigues escuchando a estos apóstoles del apocalipsis, irás comprobando como un día soleado y maravilloso se convierte en un día gris y plomizo. Te irás hundiendo en tu hamaca y tendrás pocas ganas de observar la generosa belleza que hay en los paseos marítimos, en las plazoletas y hasta en tu propia casa.
No des a estos personajes esa oportunidad. Disfruta de lo que existe en ese momento –tus vacaciones- teniendo presente que vivir el día no es lo mismo que vivir al día. El primero nos permite estar y sentir, o sea, vivir; el segundo posibilita más ser consumidos que consumir.
Piensa, cree, sueña y atrévete. (Walt Disney)