Directivo 5.0: ¿algoritmos o artesanía managerial?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

“Preocupa más la robotización de los humanos que la humanización de los robots” Tim Cook

Estamos de cambios. Podrías pensar que lo que corresponde en estas fechas es la tranquilidad hasta fin de año, pero no. Es hora del último empujón. Ya sabes: objetivos, rappels, bonus y todo ese lío.

Me imagino que te estarás preguntando por qué te cuento todo esto. Que ya se sabe, el cambio es permanente. No te lo niego. Pero lo que ahora quiero contarte no es el cambio, sino el tipo de cambio.

¿Te interesa? Bien, escucha: se han jubilado dos jefes de la vieja escuela, un poco paternalistas y con su toquecito autocrático, y se ha hecho un par de fichajes para sustituirlos. Hasta aquí todo normal. Lo novedoso es lo exigible en ellos: han de tener en su ADN las características del directivo 5.0.  ¿Qué es eso? Creo que conectividad, rapidez, pulcritud y eficacia. Todo muy digital.

Te sigo contando: ambos fichajes llevan ya un mes desempeñando sus funciones. Por lo que hasta la fecha he podido observar, ambos responden a las situaciones que se les presentan. Para mí, todo sea dicho, un poco robotizadamente; el inicio, supongo. Aunque he de decir que el uno más que el otro.

¿Por qué hago esta distinción? Mira, el primero es pura programación: le presentas una situación, la escanea y aplica un algoritmo para procesarla y ejecutar la solución. Todo muy instantáneo, aséptico y managerial. Aunque, claro, un poco frío. Pero la dirección está contenta con este proceder. Da seguridad.

El segundo carece de algoritmo y es más caótico. Observa las situaciones y procesa artesanalmente la información. Finalmente, sus respuestas son abiertas y flexibles, algunas incluso dubitativas, pero siempre adaptativas. Vamos, tiene esa pátina propia de la imperfección humana. La dirección, sin desaprobarlo, lo ve menos previsible.

¿Te sigue interesando el tema? Perfecto, continuo: Esta semana darán feed back a ambos sobre su desempeño. En este momento el primero tiene a su favor que lo ven más expeditivo y taxativo en sus decisiones y propuestas. Aplica impecablemente su programación managerial. El segundo, en cambio, no dispone de una programación tan especializada y definitiva por lo que necesita analizar cada situación e irse adaptando a su evolución. Lo suyo tiene mucho de intuición y de ensayo y error. La dirección, sin cuestionarlo abiertamente, no se siente tan cómoda.

Pero aquí viene el quid de la cuestión. Uno de ellos está llamado a ocupar un puesto de alta relevancia en la organización. El primero presenta a su favor la previsibilidad de sus actuaciones, la rapidez de sus respuestas y los automatismos de ejecución. Todo muy instantáneo y aséptico. El segundo cuenta con su análisis más pormenorizado, la flexibilidad de sus soluciones y la adaptación en la ejecución. Algo más imperfecto, menos automático, pero más humano.

 Si tú fueses el asesor de la dirección, ¿a cuál de ellos propondrías para la promoción? Piénsalo bien, podría ser tu siguiente jefe.

 

 

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