Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
Los compañeros de trabajo son como la familia; no la puedes escoger. Anónimo
Creo que me estoy volviendo un poco quisquilloso. Probablemente sea por la edad o tal vez por el calor insoportable de estos días. No lo sé, pero el proyecto no avanza, o al menos es lo que me parece a mí.
– ¿Os faltan medios, personas, tiempo….?
– Creo que disponemos de los suficientes. No para “tirar cohetes”, pero son suficientes.
– ¿Entonces?
– Tal vez sean imaginaciones mías, el día comienza bien pero siempre hay alguien que lo estropea.
– ¿Alguien?
– Alguien o “alguienes”, si se me permites. Que siempre hay voluntarios para esto.
– ¿Quieres decir que tienes malos compañeros?
– Hombre, malos no, pero si tal vez un poco particulares.
– ¿Particulares? Cuenta, cuenta.
– Te cuento. Codo con codo tengo a Preguntonius. Con él no puedes hilvanar un minuto de trabajo seguido ya que está preguntando permanentemente. Sé que lo hace sin mala voluntad, pero interrumpe.
– Ya veo. Puede resultar molesto, pero parece inofensivo.
– Sí, no digo que no, pero a esto tienes que sumar lo que viene de la otra mesa, la de al lado. Su ocupante es Gritonius, hombre de verbo largo, contenido inconsistente y vozarrón de mercado.
– Este pinta peor, pero dudo que tenga mala intención al hacerlo.
– ¡Eso espero!. Pero te sigo contando. Junto a él está Joker.
– ¿Joker? ¿Se llama así?
– No exactamente. Ya sabes, es el graciosillo y nos obsequia con sus chistes. Al principio te ríes un poco, después aquello ya no tiene gracia, cansa e irrita.
– ¿Y el resto de compañeros? Son, como te lo diría ¿normales?
– Normales, sí. Pero con algún “detallito”. Te explico: Enfrente tengo a Exquisitus. De su boca solo sale: ‘Aquí hace mucho calor’, ‘La comida es horrible’, ‘Los baños están sucios’. Vamos, que es de esos que “empiezas bien el día pero viene él y te lo …”.
– Entiendo que estés un poco molesto.
– Gracias por entenderme. Pero esa etapa ya la he superado y ahora estoy en la del cabreo.
– ¿Cabreo?
– Permíteme, junto a Exquisitus se sienta Sherlock.
– Me imagino que ese no será su nombre verdadero ¿es así?
– Estás en lo cierto. El nombre le viene por prácticas como las siguientes: aquí, en el departamento entramos entre las 8:00 y las 8:30 pero si un día llegas a las 8:25 te suelta: ‘Pensé que hoy ya no te veríamos por aquí” y cuando vuelves de almorzar te comenta: “¿Os han tardado mucho en servir?” Buen rollo ¿no?
– Si que va fuerte nuestro amigo detective. Creo que merece la pena estar un poco alejado de él ¿No?
– Te termino de contar. Al salir a las 18:00, que es la hora de salir si has entrado a las 8 horas, te dice: “¿Ya te vas?”
– ¡Vaya con Sherlock!. ¡Qué control tiene del detalle!.
– El resto todo perfecto. La tarde es soleada y el más pesado de todos los compañeros esta semana está de baja.
El retrato es exacto de lo que pasa