Por: Marta Catalina – Novotec Consultores
Demuestra ser un líder quien es capaz de percatarse de un problema antes de que se convierta en crisis. A.H.G
En el momento actual en el que las dificultades son generalizadas para todas las organizaciones es un buen momento para reflexionar sobre aspectos que, probablemente en condiciones normales, no nos pararíamos a valorar.
Cuando la coyuntura económica es favorable todo es mas fácil pero ahora es cuando la búsqueda de oportunidades se convierte en el camino de la supervivencia y la gestión de las personas, la herramienta más potente para afrontar los nuevos retos.
Podemos pensar que con equipos de trabajo bien dispuestos, experimentados y capacitados todo se puede conseguir, y es cierto, pero hay un matiz, el liderazgo, los equipos sin liderazgo están incapacitados para desarrollar todo su potencial, son elementos muy frágiles.
Pero ¿qué es el liderazgo? ¿qué esperamos del liderazgo? ¿cómo se convierte en efectivo y no meramente en un concepto abstracto?. Si bien, existen infinidad de estudios y teorías al respecto, y sin despreciar ninguna, me atrevería a decir que liderar se resume en dos acciones claras, generar ilusión y confianza en las personas y definir claramente el camino a seguir para enfocar los esfuerzos.
Pero estas acciones necesitan ir acompañadas de ciertos comportamientos y actitudes sin las que se hace misión imposible liderar equipos, confianza, respeto, transparencia y capacidad para tomar decisiones fundadas y oportunas, pueden ser las claves.
En este año 2010, se ha revisado el Modelo de Excelencia EFQM, y ha sido su lectura detenida la que me ha llevado a analizar con más profundidad ciertos aspectos del liderazgo, que a continuación me gustaría compartir, y que dice así:
“Las Organizaciones Excelentes tienen lideres que en la práctica:
- Establecen y comunican una clara dirección y orientación estratégica; logran unir a sus colaboradores haciendo que compartan y hagan realidad el objeto fundamental de la organización y sus objetivos.
- Comprenden los factores clave que impulsan y desarrollan su actividad: equilibran las necesidades (….) a la hora de planificar el logro de los objetivos actuales y futuros.
- Demuestran su capacidad para tomar decisiones fundadas y oportunas, (….).
- Son flexibles; revisan, adaptan y corrigen el rumbo de la organización, cuando es necesario, inspirando confianza en todo momento.
- Son capaces de mantener unan ventaja sostenida aprendiendo rápidamente y respondiendo con prontitud con nuevos modos de trabajar.
- Son referencia para las personas de la organización y generan a todos los niveles una cultura emprendedora, de implicación y pertenencia, delegación y asunción de responsabilidades, mejora continua y responsabilidad ante los resultados.
- Fomentan una cultura que apoya la generación y desarrollo de nuevas ideas (…..).
- Promueven los valores de la organización y son modelo de referencia, integridad, responsabilidad social y comportamiento ético, tanto interna como externamente, (…).”
Ahora, en los momentos difíciles, es cuando las personas que lideran las organizaciones en sus distintos niveles, tienen que poner al servicio de las mismas toda su capacidad, porque será uno de los aspectos vitales que permita mantener la confianza, el esfuerzo y la ilusión para salir exitosamente de estos momentos especialmente problemáticos.