Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
“No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”. Lincoln, A.
No sé si decir coranavirus a algo un poquito más especializado como covid-19. Creo que me voy a arriesgar y decir esto último. Antes no me habría atrevido, pero desde que me han nombrado Key Account Manager, es que ya me veo a otro nivel. Lo mío ahora es otra cosa. Además, en inglés suena pero que muy bien.
Perdóname, pero estoy un poco nervioso y despistado con mi nueva posición. Sé que se tendrá que ir concretando en los próximos días; no obstante, ya estoy metido de lleno en ella. Ahora ya me toca responder a muchas cuestiones que me plantean y de responder de varios asuntos que me responsabilizan.
Decirte que es a lo que aspiraba desde hace tiempo. Siempre me gustó asumir responsabilidades y ahora ha llegado el momento. De hecho, es el gran momento: situación inédita y de alta excepcionalidad en la que se han de tomar decisiones con rapidez para prever y evitar situaciones indeseables y no esperar a ver como vienen las cosas y reaccionar a toro pasado. Eso no me gusta y no es lo mío. Tampoco creo que sea el momento de enviar mensajes muy largos y ambiguos en los que se insinúen muchas cosas y no se concrete ninguna. Lo confieso, soy poco amigo de las vaguedades. Y, por último, es el gran momento para poner de manifiesto la determinación. Es decir, arriesgarse a decidir e implantar medidas rápidas y eficaces. Probablemente poco contemplativas, pero que den una pista clara a todos de lo que se ha de hacer.
Hasta aquí te he confesado todo lo que deseo. No obstante, me asaltan algunas dudas; te explico: ¿puedo yo con mi nuevo cargo informar sobre lo que ha de hacer un cliente si no tengo por parte de mi jefe una directriz al respecto? Del mismo modo, ¿puedo mandar a uno o a todos los miembros de mi equipo que trabajen desde un lugar concreto o de un modo específico sino no he recibido una norma clara sobre ello?; y, finalmente, ¿puedo decidir hacer o no hacer una cosa si no tengo autonomía para hacerlo o no hacerlo?
Como ves, a la situación que me está tocando vivir le sobra tanta incertidumbre como a la denominación de mi nueva posición, le sobran palabras. Y a mi jefe, ¿le falta tanto arrojo como a mí concreciones? No lo sé. El asunto es nuevo y complejo, pero lo de mi jefe es añejo y habitual.
Pero, llegados a este punto, si mi cargo incorporara jefe en su denominación, ¿tendría esa función ejecutiva que implica potestad para decidir hacer o mandar que hagan? Si fuese así, me sentiría más cómodo. Pero, si mi jefe es jefe, ¿por qué no decide y comunica con claridad? ¿Es que le han quitado de su tarjeta la palabra jefe o simplemente se inhibe de sus responsabilidades? Tú, ¿qué opinas?