Por: Roser Parejo– Coach Profesional y de Equipos
“Lo aceptaba casi todo porque no era capaz de discriminar casi nada”.
Tengo un jefe que es muy majete, un poco modernillo, pero agradable -le dije a mi compañero mientras tomábamos un café.
– ¿Modernillo? ¿Qué quieres decir con modernillo? -me pregunta.
¡Vaya jardín en el que me he metido! Ahora como le digo que en él el lenguaje sencillo y cotidiano está fuera de lugar. Lo suyo es más bien lo metanarrativo, alternativo e identitario.Pero si le digo esto, no vuelve a tomar café conmigo.
-Bien, mira. Cuando digo modernillo hago referencia a que esa persona:
1. Sólo vive el presente. Las banalidades inmediatas le encantan.
2. Su mayor compromiso es con su revolución interior. Le enriquece mucho.
4. Es amigo de los gimnasios (de su imagen) y de la liberación personal.
5. Se explica de forma líquida y difusa. No hay manera de saber si va o viene
6. Siente atracción por lo místico en versiones new age o similares
7. Rinde culto a la tecnología rodeándose de aparatitos.
8. El relativismo son sus opciones más concretas. La sonrisa hueca su signo.
9. Su idealismo no supera el ir a esquiar en invierno y a la playa en verano
10. Su autosuperación no contempla el esfuerzo como indicador. ¡Qué fatiga!
-¡Qué! ¿Cómo lo ves?
-Bueno. Todo es relativo.
Te propongo que hagas el intento de buscar entre tus compañeros a aquellos que más se aproximen a este perfil. ¿Y tú? ¿A cuántos de estos rasgos respondes?