Por: Gemma Vallès – Responsable de proyectos Dalara Solutions
Hay algunos negocios muy curiosos por el mundo, aquí os presentamos algunos de ellos.
Un restaurante bajo el mar:
El hotel Hilton Maldives R&S es el primer restaurante 5 metros bajo el mar, se llama “Ithaa”, que significa Perla, y fue abierto en 2005, mide 5 x 9 metros y tiene la capacidad para catorce comensales a la vez.
Esta ubicado en las Islas Maldivas cerca de India y es parte del, el precio de una comida ahí es elevado pero vale la pena, va desde 90€ a 190€ dependiendo del plan de hospedaje, o si son personas externas al hotel.
El acceso es por medio de un túnel – escalera que va desde la superficie en las instalaciones del hotel al restaurante.
Su principal atracción es que tienen una cúpula, por medio de la cual se obtiene una vista de 180° a lo largo del restaurante, es una experiencia sin igual, ya que pueden observarse las especies marinas, pasando sobre ti literalmente, mientras disfrutas de una deliciosa comida.
Negocio Anti estrés:
La empresa The Destruction Company, es una empresa que se dedica a ofrecerles a sus clientes la oportunidad de destruir diferentes artículos de uso domestico.
De esta manera sirve de terapia relajante para sus miembros, el club funciona de manera cerrada, con mucha discreción y anonimato, lo cual eleva el potencial mercado lógico, llegando solo a personas pudientes dispuestos a pagar por destruir cosas.
Esta empresa cobra una anualidad por pertenecer al club y adicionalmente se cobra por los objetos que se quieran romper.
Probar productos gratis:
Una nueva forma de publicidad se ha vuelto más efectiva y económica que la difusión masiva y permite a los consumidores probar los productos antes de comprarlos.
Sample Lab abrió en Tokio un espacio muy chic donde los consumidores conocen y prueban los nuevos productos que salen al mercado. Más de 100 personas hicieron cola para su inauguración, tras pagar un arancel anual. Los socios deben tener más de 15 años y mostrar un código recibido en el celular. Hay desde salsa barbacoa y productos de cosmética, hasta equipamiento para hacer gimnasia.
En Barcelona se inauguró Esloúltimo, (www.esloultimo.com). Los consumidores españoles interesados en probar nuevos productos deben pagar 5 euros cada seis meses para poder llevarse cinco nuevos artículos de Esloúltimo cada dos semanas. No hay ningún otro cargo por las muestras y tampoco hay largos cuestionarios para llenar. Algunos objetos son para probar en el local, como las innovaciones tecnológicas.
Hay de todo para llevar: comida, elementos de limpieza, nuevos autores, nuevos artistas, música, juegos, entre otras. Durante su inauguración, en octubre, la gente soportó colas de cuatro horas de espera.
Bares algo diferentes:
¿Desea el señor tomar oxígeno? Esta es la pregunta que le pueden hacer si entra en uno de los locales que se implantan poco a poco en España o en alguna fiesta privada con bar de oxígeno. La moda nació en Estados Unidos, y se trata de bares con una barra donde dan la posibilidad de inhalar oxígeno de alta pureza, combinado con aromaterapia. También sirven agua enriquecida con oxígeno.
Los defensores de estos nuevos locales aseguran que esta práctica expulsa toxinas, aumenta el volumen de oxígeno en la sangre, reduce el cansancio y el estrés.
Gracias a la tecnología PSA (pressure swing adsorption), de separación de los gases presentes en el aire, purifica y concentra el oxígeno a un 95 %. Luego se combina con esencias de aromaterapia y se inhala a través de una colorida cánula nasal con mascarilla desechable, de uso personal. El negocio fue copiado en distintos países del mundo. En España, Loox Concept alquila los aparatos para eventos.
Una huerta que no ocupa lugar:
La firma italiana Azienda Agricola Giacomo Ferraris le ofrece a los ciudadanos la oportunidad de tener su propia huerta, aunque vivan en un piso. ¿Cómo? La empresa permite que cualquiera pueda crear su huerta orgánica vía Internet en su portal de Le Verdure Del Mio Orto (www.leverduredelmioorto.it).
El usuario selecciona el tamaño de su jardín en base a la cantidad de comensales: 30m2 alcanza para dos personas y cuesta 850 euros por año.
El jardinero virtual puede elegir entre 40 tipos de vegetales, con una interface intuitiva que le va dando información sobre expectativas de cultivo y tiempos. Extras opcionales incluyen un álbum de fotos de la huerta en progreso (49 euros) y hasta un espantapájaros con la cara del propio cliente (o la suegra, si prefiere) por 39 euros.
Una vez que la huerta fue diseñada y pagada, empieza la plantación real, ubicada entre Milan y Turín en el norte de Italia.
Mientras la producción crece, es cosechada y enviada a la casa del cliente a las 24 horas. Las entregas semanales están incluidas en el paquete.