Pasarela E-learning 2011; una moda con mucho sentido

Por: Luis Miguel Fuentes Gutiérrez. Key Account Manager en Global Estrategias

No puede haber una revolución total sino una revolución permanente. Como el amor, es el goce fundamental de la vida. Max Ernst

Según el calendario chino 2011 es el año del conejo, pero si existiese un hipotético calendario formativo sería claramente el año del e-learning.

¿Esta justificado este entusiasmo o será una secuela más de la de la crisis y de modas pasajeras?

Personalmente creo que hay razones que lo respaldan. Para aclararnos repasemos algunos de los beneficios del e-learning:

  • Flexibilidad.
  • Reducción de costes: un 40 – 60 % respecto a la formación presencial. Aunque relativo al realizar la inversión inicial debe valorarse a medio plazo.
  • Disponibilidad de los contenidos más tiempo.
  • Permite actualizaciones.
  • Podemos personalizar. el ritmo de aprendizaje a cada persona
  • Favorece que colaboren personas distantes geográficamente.

Cualquier empresa antes de invertir tiempo y dinero en formación on-line se plantea numerosas preguntas. La primera es obvia, como nos ayuda el e-learning a que nuestros comerciales vendan más, los empleados tengan más orientación al cliente…Pero hay muchas otras, por ejemplo:

  • ¿Disponemos de medios para realizar el proyecto internamente o lo subcontratamos?…
  • ¿Están habituados nuestros empleados al uso de estas tecnologías?

Podemos sintetizar algunos puntos clave significativos al abordar un proyecto e-learning:

  1. Alinear el proyecto con los objetivos corporativos y establecer una guía para su implantación.
  2. Analizar las barreras en la empresa para la gestión del e-learning.
  3. Si estamos empezando no hay que realizar una gran inversión ni ser ambicioso. Empezaremos con pruebas piloto marcando bien las etapas del proyecto.
  4. Recordar que el e-learning no sustituye al presencial, lo complementa y tampoco ahorra tiempo de estudio y trabajo al alumno.
  5. Desarrollar casos prácticos relacionados con la problemática laboral del alumno (a tener en cuenta cuando compramos contenidos estándar).
  6. Monitorizar permanentemente la formación tanto en el impacto conseguido como en la participación y satisfacción de los alumnos.
  7. Atender al usuario final al seleccionar las herramientas más eficaces y facilitarle soporte técnico.
  8. Ser creativo, sin olvidar que la calidad del curso no se mide por el nº de animaciones. En función del material (datos, leyes…) habrá que combinar distintos formatos complementarios (imagen, vídeo…) siempre que esté justificado. Lo ideal sería encontrar el equilibrio, ya que el e-learning es un canal y si el mensaje es erróneo no valdrá de nada disponer de un curso virtual carísimo.
  9. Formar y favorecer la sinergia entre los colaboradores del proyecto (coordinadores, programadores, etc.). Diseñar y tutorizar cursos e-learning requiere habilidades diferentes a las de un presencial.
  10. A nivel metodológico promover el aprendizaje cooperativo, aunque no siempre es posible, suele ser muy positivo. Además para minimizar abandonos es clave la figura del tutor, realizando una tutoría activa y un seguimiento individualizado del alumno, motivándole e interesándose por su progreso.

Asistimos a una nueva revolución del e-learning, el presente incluye formación en los “Smartphone” y el futuro traerá otras herramientas, pero el objetivo siempre será el mismo, hacer crecer a nuestros empleados. Nuestro deber es ir un paso por delante, no solo adaptándonos a los cambios si no generándolos.

 

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