Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
La amistad es eso fácil de decir y difícil de encontrar.
A veces, y con la mejor intención del mundo, somos crueles con los niños. Me gustaría que recordáras ese primer día de colegio cuando el niño se niega a ir a clase.
¿Qué le decimos? Imagino que algo parecido a eso de “ya verás lo bien que te lo pasarás” y “harás muchos amiguitos”. ¿Te suena la situación?
Bien, ahora sitúate e imagina que es domingo por la tarde y no quieres ir el lunes al trabajo. ¿Te imaginas a tú pareja diciéndote que “te lo pasarás bien y harás muchos amiguitos”? ¡Qué! ¿Qué tal sienta?
Pero no dramaticemos, somos adultos. Analicemos el perfil de tus posibles amiguitos. Puntuémoslos del 1 al 10 en la medida que se parezcan a los siguientes personajes:
- El quejica persistente
Es capaz de nublar un día soleado. Es que, si admite que es un día admirable, él pasa a ser irrelevante. La pregunta es si este personaje tiene cura. La verdad es que sí. Pero, claro, sin queja él no es nadie y ese papel se lo tiene muy “trabajado”.
- El coordinador mejorable
¿A que te has preguntado cómo semejante personaje ha llegado ahí? A veces el azar, un poco de peloteo y algún oportunismo les han situado en esa posición. Lo suyo es aparentar que es el que más sabe de lo que se está haciendo, cuando ni siquiera sabe lo que está haciendo.
- El cotilla implacable
Realiza un esfuerzo encomiable para estar informado de todo: lo que cuelgan en Facebook sus compañeros, con quién ha ligado, o no, la recepcionista y quién juega a pádel con el jefe. Excluyendo lo relacionado con la eficiencia en el trabajo, lo sabe todo.
- El comunicador imperativo
Lo suyo son los mensajes que empiezan con un imperativo ahorrándose un hola o buenos días. Para qué. Eso supondría una pérdida de tiempo. Su producto estrella es enviarte un email escrito en mayúsculas, con letras de un tamaño considerable y, claro, en color rojo. Faltaría.
- El vago impenitente
El dice que no es vago, que eso es una maldad que alguien ha ido expandiendo por ahí. Que lo suyo es el slow working y una gran pericia a la hora de delegar todo en los demás. Dice que no tiene ansias de protagonismo y por ello huye de la primera línea, del trabajo, claro.
- El ventajista
Lo suyo es ser listo, listo de una listitud que le permite sutilmente atribuirse el mérito o colgarse alguna medalla por algo que no ha hecho. Pero su listitud le anima a pedirte ayuda, aunque él no acostumbra a estar tan solícito contigo cuando tú se lo pides.
¿Qué puntuación has obtenido? ¿Estás por encima de los 40 puntos? Si es así, no me extraña que no tengas ganas de ir a trabajar.
Pero, ¡ánimo”. Seguro que estos personajes no están en tu empresa.