Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

Los prepotentes gastan su pasión en puntos de vista sin ninguna reflexión. D. Hume

Son las ocho de la mañana;el despacho se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros pasos. La niebla fina del sopor de los que acabamos de llegar cubre como un fino tul las pantallas de los ordenadores.

Esa atmósfera nos impulsa irremediablemente hacia la máquina del café.

-Como yo siempre digo: “no soy pesimista, pero sé muy bien lo que me digo” -dice el compañero lapidario.

-Faltaría, ahora nos vendrás con eso de que eres un “optimista bien informado” -responde el sentenciador.

Este tira y afloja es el deporte que practicamos a esas horas. Pero todo ordenadito: unos se sueltan la bravata y otros actuamos de claca silenciosa. La bilogía, creo.

-Hazme caso, lo que yo te diga -continua el lapidario.

-Me vas a decir a mí, si yo te contara o constase-responde el sentenciador.

Ese combate de frases lapidarias es sencillo y contundente; como diría…, muy de hombres, aunque confieso, cada vez hay más féminas que lo practican.

Aquí somos un equipo. Hay que reconocerlo: unos hablan y otros simplemente nos encogemos de hombros. A mí me gustan esos momentos del café, pero estoy un poco preocupado. Nos falta gente con “hambre de gol”, que en lenguaje no tan futbolero vendría a ser que nuestro bravucón, ya no lo es tanto. Se ha vuelto convencional. Ya no llega tarde, ni opina de todo sin justificación alguna; es más, si le rebaten, se arruga. Ahora, antes de hablar, pregunta de qué va el tema. Vamos, que no arriesga, que se ha vuelto conservador. La edad, supongo.

Los más veteranos en estas tertulias cafeteras estamos buscando a alguien con “pegada”, una persona que haga sus entradas dando voces y poniendo zancadillas. Con desparpajo, sin molestarse en escuchar a los demás ni considerar sus opiniones y, sobre todo, que no dé ninguna oportunidad a que alguien haga alguna propuesta de fundamento. Eso ya, de entrada, descalificaría a cualquier candidato a ser fichado para nuestro equipo.

Tengo queconfesar que a mi equipo le falta mordiente tertuliano. Necesitamos fichar sangre nueva. Nuestro Killer particularse ha acomodado y vuelto educado. Buscamos a alguien que se salte los turnos de palabra sin despeinarse, que hable al mismo tiempo que los demás sin importarle nada y, sobre todo, que grite cuando no se tenga ningún argumento.

Ahora mismo, candidatos tenemos varios, pero no nos terminan de convencer. No porque no sea gente grosera y desconsiderada con los demás, que lo son. Nuestras dudas surgen porque no han podido acreditar su desprecio a considerar que pueden aprender algo de los demás, que los demás pueden tener opiniones fundamentadas. Eso, lo reconozco, me causa cierto desasosiego.

¿Puede recomendarnos a alguno de sus compañeros o jefes para tal puesto?

Agradeceremos cualquier candidatura para nuestro equipo. Cualquier grosería o desconsideración que suframos en el resto del día ya la habremos ensayado.