Por: Gemma Vallès – Responsable de proyectos Dalara Solutions
Lord Byron, conocido por su galantería y ánimo de aventura, ya a “cierta edad” tenía la costumbre de reunirse con sus amistades a tomar el té.
El encuentro se realizaba todos los primeros martes de cada mes a una hora señalada en su palacio de Bloodshire.
Cierto martes, cuando sus invitados ya estaban todos en el salón, el puntualísimo y glamuroso caballero no se presentó. Los invitados estaban intrigados. No era habitual que sucediera eso y se empezaron a preguntar: ¿Le habrá pasado algo?. Es raro que no esté aquí ya que acostumbra a ser muy cumplidor cuando hay damas de por medio.
Pasado un buen rato y en medio de las especulaciones de los invitados, aparece el mayordomo y les comunica a los presentes con su típico «british accent»:
– Señores, Milord les pide disculpas por la demora a la que se ven sometidos a la vez que les anuncia que después de mucho tiempo, se ha reencontrado con su vieja y querida amiga Lulú, de París.
– Dice que si puede, dentro de dos horas estará con ustedes, y si no puede, dentro de diez minutos. Qué todo lo deja en las manos de la naturaleza.
– Muchas gracias y diviértanse si pueden. Y si no pueden, jueguen al bridge.
«CUANDO TENGAS QUE DAR UNA EXCUSA, QUE SEA CON ELEGANCIA.
ADEMAS, PROCURA PORPORCIONAR UNA ALTERNATIVA PROVECHOSA