Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem
Todos los vicios, con tal de que estén de moda, pasan por virtudes. Molière
Sé que te vas de vacaciones. Te las mereces por aquello de haber trabajado todo el año, de estar las veinticuatro horas pendiente del móvil y todo eso.
Pero, ¿te imaginas no llevar adherido ese aparatito a tu mano derecha? ¿Podrás aguantarlo todo un mes? Yo, lo confieso, tengo mis problemillas con ello.
¿Qué por qué? Imagínate en la playa. Tú, allí solazándote y en bañador. El modelo lo elijes tú, pero recuerda, los que destacan más tus encantos no dan para llevar el móvil o, si lo llevas, te aseguro que los demás pueden llegar a falsas y abultadas conclusiones.
Te recomiendo esos bañadores menos vistosos, pero con su bolsillito para las llaves; el móvil cabe justito. Si eres de esos bañistas que comulgan con la naturaleza desnuda, irremediablemente, lo has de llevar en la mano.
Me dirás que puedes prescindir de él por un mes. No te lo voy a discutir, bien conozco tu nivel de autocontrol. Pero ¿y si te llama el jefe que está en ruta por ahí y ha decidido pasar a saludarte? Ya, ya sé que éstas son tus vacaciones, pero no atender su llamada supondría una desconsideración y el desaprovechamiento de una gran oportunidad para empatizar con él. ¡Gran dilema!
Por otra parte, a tus compañeros les has dado la paliza durante el año cantando las virtudes de esa playita: sol, arena y cuerpos esculpidos jugando a vóley playa, pero con más interés en marcar figura que puntos. Tú, confiésalo, tampoco estás muy pendiente del marcador.
Con los compañeros no te la juegas tanto como con el jefe, pero claro, si vas sin móvil y te tienen que buscar en la playa, te aseguro que descubrir tu figura entre bañistas con mayor atractivo que el tuyo, no les será nada fácil.
No obstante, todavía existe otra razón que desaconseja dejar el móvil en el apartamento. Que ¿cuál es? No, no te preocupes, no eres la única persona que desde hace tiempo ha optado por el WhatsApp como modalidad de comunicación con la pareja. Ya sabes, qué necesitas decir algo, un WhatsApp y punto. Algo rápido, limpio y no has de ver la cara a nadie. La respuesta igual, algún emoticón rollo carita sonriendo y corazón, un ok o un ja, ja de turno y listo.
Ya ves, ellos son los culpables de que tú tengas que ir acompañado del móvil hasta en la playa. Tú bien sabes que podrías prescindir de él cuando quisieras, ¡faltaría, menudo eres tú!, pero el jefe, los compañeros y la pareja te imponen este sacrificio hasta en vacaciones. Y tú, sacrificándote, vas y lo llevas.
Felices vacaciones.